SELLO BUEN DISEÑO ARGENTINO: UNA OPORTUNIDAD PARA MARCAS Y AGENCIAS

El Sello Buen Diseño (SBD) es una distinción, que ya lleva 10 ediciones, que otorga el Ministerio de Desarrollo Productivo a los productos de la industria nacional que se destacan por su innovación, participación en la producción local sustentable, posicionamiento en el mercado y calidad de diseño. La evaluación está a cargo de un comité conformado por representantes de entidades públicas y privadas relacionadas con el diseño y los diversos sectores productivos.

Se trata de una distinción nacional que fomenta el trabajo en pos de lograr una integración estratégica del diseño en la industria local para aumentar su competitividad y mejorar las posibilidades de colocación de sus productos en los mercados (nacionales e internacionales).

Esto representa una gran oportunidad para las empresas y agencias debido a que permite a los productos distinguidos lograr una mayor visibilidad, así como la posibilidad de participar de rondas de negocios, ferias internacionales, exposiciones y del catálogo del Sello Buen Diseño. Tanto los productos como las campañas de comunicación.

Otro aspecto muy destacable del mecanismo de funcionamiento del sello es su vínculo con la Fundación IDA. Investigación en Diseño Argentino es una asociación sin fines de lucro dedicada a la conservación y puesta en valor del diseño nacional. Tiene 8 años de trayectoria y ha conformado el patrimonio proyectual más importante de la Argentina integrado por archivos y colecciones. Actualmente cuenta con más de 1.000.000 de piezas y documentos protegidos y difundidos a través de publicaciones, exposiciones y experiencias educativas. 

Todo proyecto ganador del Sello Buen Diseño puede ser donado a la fundación con el objetivo de que las piezas formen parte del patrimonio cívico y cultural de la Argentina.

La fundación tiene el respaldo de más de 400 estudios, empresas e instituciones que legitiman la importancia del diseño nacional y sirven de plataforma de conocimiento para las futuras generaciones.

¿Cómo fue la convocatoria y presentación de sus proyectos al Sello Buen Diseño? 

Nosotros presentamos 8 marcas, este año, y dos de ellas obtuvieron el sello (Noly y La Bifería). Ya veníamos trabajándolas porque son nuestros clientes, de todas formas, más allá de obtener el sello, que es algo buenísimo porque significa que todo el trabajo que hicimos está avalado por una entidad del Estado, me parece que es muy importante también el solo hecho de participar. Nuestros proyectos no ganadores también se vieron beneficiados, por un lado por la recopilación de toda la información que tuvimos que hacer, porque a las empresas les sirvió ver toda la fotografía completa del camino recorrido. Eso es importante, sirve para el futuro. Y por otro lado, por la devolución que hacen desde la entidad, como sugerencias de mejoras para el material presentado para poder lograr la distinción en una próxima oportunidad.

¿Cuál es valor que tiene el diseño hoy en día?

En otra época, el diseño tal vez era visto como algo a lo que pocos podían acceder o que no era tan necesario, pero hoy en día ya no representa una opción, sino más bien una condición. Si querés ser competitivo tenés que tener un buen diseño y que sea coherente con la marca. Después de la pandemia hubo un efecto de expansión. Las empresas necesitaron visibilizarse más, también a través de lo virtual, y para eso es fundamental tener una imagen. Por eso me parece tan importante que desde el Estado se le dé lugar a estos proyectos, genera que las empresas quieran profesionalizarse. 

¿Cuáles son los aspectos más importantes de la convocatoria del sello?

El primero es ganar porque te entregan logos que validan la premiación, que podes aplicar a tus productos y catálogos para darles prestigio y visibilidad. El otro aspecto interesante es que para las marcas que no obtuvieron el sello te dan una devolución que te sirve, como agencia, para saber qué mejorar para obtener esa distinción. A veces son cosas que no se hacen porque en la empresa no está el recurso, son cosas que tal vez sabemos que hay que mejorar pero no es el momento y se está en camino. Por ejemplo, con Noly, el comité revisa que la marca sea coherente con toda la identidad visual generada, que esté bien aplicada. El año pasado no ganamos el premio porque los packagings no estaban alineados con lo que veníamos haciendo. Cuando tomamos la marca ya estaban hechos y es un proceso que fuimos construyendo. Diseñamos los nuevos packs y de a poco fuimos renovando el porfolio viejo. Y este año pudimos ganar porque muchos productos ya tenían la nueva aplicación y cerró el círculo.

¿Qué es exactamente lo que premian? 

Premian productos y programas completos de identidad visual. Nosotros aplicamos a esa categoría porque es lo que la agencia hace. Es muy interesante la visibilidad que da este sello a las empresas. Noly, por ejemplo, logró una certificación con una entidad vegana sobre un producto nuevo y ya tienen el sello oficial de producto vegano. Es decir, el sello no solo tiene que ver con el área especifica del diseño y de la comunicación, sino que también lleva a la empresa a moverse en otras áreas y hasta a desarrollar productos nuevos. Porque al observar cómo se mueve el mercado y se presentan los productos hay espacio para la reflexión, desde qué está ganado adeptos hasta cómo se muestran los componentes de los productos desde la comunicación visual.

¿Cuál es la función de la fundación IDA?

Ellos recaban todo el material ganador del sello, es decir, a todas las empresas que ganaron algún premio del Sello Buen Diseño les piden que donen el material ganado para que forme parte del patrimonio cultural del país. Eso queda disponible para futuras generaciones como casos de estudio. Es fantástico porque es como ir dejando una huella en la historia. La donación que hicimos son las piezas que conforman el partido visual de las marcas.

¿Cuáles fueron los elementos que presentaron?

Lo que presentamos fueron ciertas piezas o fotos que muestran cómo es el key visual y el partido visual de la marca que ganó el sello, como fotografías de producto con su tratamiento especial, el partido gráfico para los packagings, la aplicación de marca para el sitio web, las redes sociales, POP y zócalos de tv, entre otros.

¿Cuál es la otra marca ganadora que presentaron además de Noly?

Se llama La Bifería, y además de un buen diseño tiene una bajada de consumo responsable de carne. Es una marca joven que nació para hacer un aprovechamiento sustentable de los cortes de carne para que no haya desperdicio. Ellos envasan al vacío como concepto de no desperdiciar. La idea es que comprando packs de sus productos el cliente se asegure el consumo de la semana para una familia sin desechos. Para ellos, desarrollamos la marca desde cero junto con el logo que remite a este consumo responsable de carne. Es una tendencia el problema que genera la industria cárnica en el medio ambiente, entonces esta empresa si bien no deja de vender estos productos, porque todavía hay un gran volumen de gente que los consume, a pesar de que el nicho vegano cada vez crece más, le dan una vuelta de rosca para no ser tan contaminantes. El packaging está buenísimo, las redes sociales también, ofrecen recetas y una línea de productos que vienen ya marinados, para introducir la bolsa en una olla y que la comida salga lista. Tiene una muy fuerte impronta de marca con un partido gráfico muy cuidado.

¿Cómo se desarrolla una marca?

Tenés dos maneras, puede ser una marca que ya existe y hacer un rebranding o un restyling, depende de la situación actual de esa marca o también se puede crear una marca nueva. En cualquier caso lo que se hace, que es fundamental, es un histórico, recopilar todo el material y su camino recorrido y generar un análisis de la competencia para saber cómo posicionarla y situarla. De ahí, lo primero que se hace es crear bocetos, no solo del logo, porque el logo cobra vida en su aplicación, en los diferentes lugares donde se va a usar. Entonces, lo que hacemos además del rebranding de marca es el key visual.

¿Qué es el key visual?

Es un documento donde mostramos una paleta de colores, una tipografía específica, imágenes (las que queremos que vayan a comunicar la marca), el tratamiento de color que van a tener, el enfoque y estilo. Este documento contiene el partido visual de la marca. Y es la primera propuesta o estimación de lo que nosotros consideramos que tiene que ser la nueva versión de la marca. El cliente sobre esto aprueba o corrige hasta que se define. Una vez definido se empiezan a desprender todas las piezas de comunicación y se arma el plan de marketing donde definimos qué tiene que tener esta marca: manual de marca, con las aplicaciones y todos los aspectos técnicos. Luego desarrollamos el plan estratégico. Es hermoso ver el antes y el después, las caras de los clientes cuando se los mostramos. Es un trabajo fantástico donde se ve cómo se materializan las ideas, cómo las marcas cobran vida y se hacen visibles ante sus consumidores.